¿María Antonieta en La Aldea?

Si entro, invitada, a la casa de una persona, acepto que me puede pedir que me vaya si molesto, que puede abrir o cerrar su casa cuando quiera, que me puede pedir que deje de fumar o que no entre en la cocina; puedo ir mañana y encontrarme la casa cerrada y pasado mañana sólo abierta durante dos horas, y todo esto lo acepto porque no es mi casa.

Pero si voy al Ayuntamiento el lunes a las 10 espero que esté abierto, si voy a poner un escrito en el Registro entiendo que no me lo van a rechazar aunque no les guste, si pido una cita con un Concejal para exponerle un problema no aceptaré que me diga que a mí no me quiere escuchar sin darme una explicación razonable.

Es que el Ayuntamiento en parte también es mi casa y a los funcionarios y concejales les pago en parte yo con mis impuestos, me representan a mí, trabajan para mí.

Con los blogs pasa algo parecido, y respeto al máximo un blog personal, por supuesto, no lo entiendo de otra forma. Pero si un político abre un blog, se presenta como político, habla de la necesidad de que la política escuche a la gente, pues yo espero que haga lo que dice que va a hacer, escuche a quienes allí le dicen algo.

No es igual que un blog personal. Al menos eso es lo que yo pienso. En el blog del político, que demás vive de mis impuestos, y me representa, entiendo que una crítica negativa debe tener la misma acogida que una alabanza. Entiendo que, si se anuncia que se quiere escuchar a la gente, se deban abrir los comentarios, y no censurarlos. No censurar ni uno de ellos. Los que sean insultantes, o injustos o irrazonables, si los hay, no hay problema alguno y en sí mismos se descalificarán. Los que no lo sean , aunque no alaben al político, tienen el mismo derecho a ser escuchados, y en todo caso si no tienen razón, discutidos.

La señora Dulce Xerach Pérez abrió hacer poco un blog, donde anunciaba desde el primer post, que se titulaba Por fin tengo un blog (luego cambió este título por uno menos desenfadado)

Este blog nace con diversas intenciones:
1 ) Recoger opiniones de los ciudadanos sobre el funcionamiento del Parlamento de Canarias.
2 ) Hablar de arte, cultura y derecho y economía que son los temas en los que me siento más preparada para poder ser de utilidad.
3 ) Como soy una parlamentaria elegida por Tenerife: escuchar todas aquellas peticiones que los ciudadanos de esta isla quisieran ver reflejadas en las decisiones del Parlamento.
4 ) Por supuesto también estoy dispuesta a escuchar todas aquellas propuestas que procedan del resto de las islas.


Después ha escrito algunos post de contenido más personal, otros sobre política que incluso armaron cierto revuelo porque decía cosas que a su partido político no le gustó que se supieran.

El 28 de noviembre la señora Pérez publicó en su blog el post ¿Hay alguien en contra de las listas electorales abiertas? .
Me asombró este post, tengo que confesarlo, aún no sé si es super-irónico o de una candidez casi increíble.
Las listas electorales cerradas no son más que otra estafa del sistema electoral, un error que permite que acaben siendo elegidas personas incompetentes, inadecuadas para los cargos que por sí solas nunca alcanzarían esos votos o esos cargos. Creo que esto lo sabe cualquier alma cándida. Y si no lo sabe, es algo que se entiende en unos seis o siete minutos de pensarlo.
La señora Pérez lleva en política la tira de años. De hecho creo que no ha hecho otra cosa en su vida. Y da la impresión por lo que escribe que ¡se acaba de enterar de lo que son las listas electorales cerradas!
El caso es que le escribí un pequeño comentario, preguntándole en definitiva si su blog era sincero o bien estaba jugando a hacer cosas propias del populacho y le puse de ejemplo a María Antonieta.

En el Palacio de Versalles, en un lugar retirado, se construyó una pequeña aldea de cartón piedra, con sus casitas, sus establos, y allí a veces iba la reina María Antonieta, se disfrazaba de campesina y ordeñaba vacas, cuidaba los patos y hacía las cosas que hacen los campesinos. Bueno, menos padecer injusticias, hambre, miseria y esos pequeños detalles.



http://es.wikipedia.org/wiki/Aldea_de_la_Reina





A la señora Pérez no debió gustarle mi comentario así que nunca apareció en su blog. O sea, lo censuró. Como escribí antes, genial si es su blog personal. ¿Pero cuando lo borró estaba en La Aldea de la Reina o en su puesto de parlamentaria digitalizada? Eso es algo que me gustaría que me aclarara, para qué quiere un blog esta señora parlamentaria ¿De verdad quiere cambiar la política? Pues podía empezar por escuchar las críticas, aunque no le guste.

No tuve la precaución de guardar el primer comentario.

Pero esta noche quiero escribirle un nuevo comentario. Y como no quiero que se pierda, lo dejo aquí.

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